jueves, 8 de septiembre de 2011

Harry eligió morir

Y les traigo mas fics!!! Éste es el primer capitulo de uno de mis fics preferidos y mas tristes pero que también me ha costado mucho escribir...Espero que les guste y esperen con ansias la continuación!!



Harry ha muerto.


          Hagrid caminó con el cuerpo sin vida de Harry en sus brazos, hasta el destrozado castillo donde todos los amigos del chico esperaban expectantes.
Cuando el gigante entró un silencio inundó la escuela, que una vez había sido el hogar de Harry. Nadie podía siquiera creer que el niño que vivió había muerto, y en sus corazones ahora rotos sabían que la batalla había terminado.
Las burlas de Voldemort les llegaban como cachetadas a los que se habían parado para defender a Harry Potter cuando habían creído en él. Su voz resonaba haciendo un enorme eco, solo coreado por la frenética risa de Bellatrix Lestrange, que no cabía en sí misma por la felicidad. Ni siquiera había notado que su hermana había corrido junto a su hijo y su esposo lejos de donde se encontraban los Mortífagos.
Un hechizo silenció a todos los que una vez habían defendido a Harry, un hechizo que fue roto por su mejor amigo y que fue remplazado por una nueva ola de gritos y protestas, pero Ginny no prestaba atención, en ese momento su cabeza estaba muy alejada de la batalla y de Voldemort. Con suerte se dio cuenta de lo que estaba sucediendo en ese momento. Casi no reconoció a Neville envuelto en llamas, se preguntó como escaparía de esa, pero no le importaba. A lo lejos escuchó el sonido de una hoja muy afilada como si alguien hubiera blandido una espada y Ginny reconoció la cabeza de Nagini que rodaba por el suelo.
Una fuerte luz verde le pasó cerca de su hombro y volviendo en sí, vio que su madre, furiosa atacaba a Bellatrix Lestrange, logrando que la Mortífaga cayera inerte al suelo.
Un gruñido de horror y rabia ahogó los interiores de Hogwarts. Era Voldemort, colérico porque su más fuerte y leal seguidor acababa de morir. El Innombrable apuntó su varita hacia Molly, que no pudo advertirlo y se deshizo de ella con la misma facilidad con que se había deshecho de Harry en el bosque prohibido, y rió cuando los hijos de la mujer se acercaron a ella corriendo.
Ginny miró a su madre, que aun tenía los ojos abiertos, y la besó en la frente, para ella y el resto de los Weasleys la guerra ya se había terminado. La chica miró alrededor y se encontró con su padre y con todos sus hermanos, menos Fred. Por un momento lo había olvidado. También lo había perdido a él.
Voldemort y sus Mortífagos caminaban alrededor de los demás. Los tenían aprisionados en un círculo, con el cuerpo de Molly y sus hijos como núcleo.
-Qué conmovedor -ironizó Voldemort y su voz sonó como el ruido que hacen las serpientes-, y ahora que el pequeño Potter murió, ¿Quién va a jugar el papel de héroe y se va a atrever a desafiarme?
La sonrisa de Voldemort se pronunció cuando vio que Ron se levantaba y se paraba justo en frente de donde estaba él.
-No te tengo miedo -bramó Ron-, porque aunque muera ya no tengo nada que perder. Es mejor morir que vivir en un mundo donde tú eres el líder.
-¿Es este un acto suicida? -le preguntó el hombre fingiendo preocupación-. ¿Fue mucho para ti que matara a tu novio y a tu mami?
-Ron, no tienes que hacer esto -el Sr. Weasley miraba a su hijo horrorizado. No podría soportar perder a nadie más de su familia.
-¿Escuchaste eso? Deberías escuchar a tu…
-¡Crucio!
Todos miraron a Ron pero no había sido éste el que había pronunciado aquella palabra. Voldemort, que no había recibido el hechizo, se giró sorprendido y vio a una pequeña niña de ojos soñadores y largo cabello rubio. Una sonrisa se formó en sus finos labios, pero ésta se le borró enseguida. Había estado a punto de hechizar a Luna cuando un rayo de luz verde lo cruzó por la espalda.
Ahora sí, Ron tenía su varita levantada, y con ella apuntaba al hombre que acababa de matar a su madre y a su mejor amigo. La distracción que Luna había causado le había dado una muy buena ventaja, y él sabía que Voldemort lo consideraba muy débil como para atreverse a usar una maldición imperdonable, pero lo que Ron no se explicaba era cómo había logrado que ésta le saliera bien. Entonces se acordó de lo que Harry le había dicho una vez, que cuando hacías una de esas maldiciones tenías que desearlo, y él había deseado matar a Voldemort profundamente desde que Fred había muerto bajo esos escombros.
Los ojos de Ron se encontraron con los celestes de Luna que lo miraban sorprendida pero feliz y luego sintió otro par de ojos que lo miraba fijamente con terror. Era Hermione Granger.
Una mano tocó el hombro del chico y éste se giró para ver quién lo llamaba, y vio a Ginny, que con un dejo de locura en su voz le dijo:
-Estuvo muy bien lo que hiciste, no tengas duda de eso.
Pero era evidente que no todos pensaban así, porque muchos de los que habían contemplado los últimos momentos de Voldemort miraban a Ron con reproche. Y sabía lo que todos ellos estaban pensando, que no había que utilizar los mismos recursos que los Mortífagos utilizaban y que no había que rebajarse a lo que ellos eran.
-Ron -Hermione se había cercado a él, tenía los ojos hinchados y llorosos y la voz le temblaba. Ron se puso muy contento cuando ella se acercó, necesitaba tenerla cerca-. ¿Por qué lo hiciste?
-¿Qué? -de todas las personas que Ron pensó que lo juzgarían, Hermione había sido la última, después de todo lo que habían pasado-. No quiero hablar, además tengo algo más importante que hacer.
Ron salió del castillo y Hermione y Ginny lo siguieron.
-¿A dónde vas? -le preguntó Ginny preocupada. Ron no le respondió.
-A mí me pareció muy valiente lo que hiciste -una voz soñadora hizo que Ron se sobresaltara un poco. Luna venía detrás suyo-, yo sabía que no podrías atacar al Innombrable de frente porque seguro él era más rápido con la varita que tú, por eso quise distraerlo.
-Gracias, Luna.
-¿Pero ustedes saben que lo que hicieron estuvo mal no? -Hermione pasaba su mirada de Luna a Ron histérica.
-Déjalo ya, Hermione -le espetó Ginny, pero no siguió por que chocó con la espalda de su hermano que se había detenido en seco.
Ron se agachó y tomó algo del suelo, ni Hermione ni Ginny ni Luna pudieron ver qué era lo que Ron miraba con tanta admiración, hasta que éste hizo girar tres veces lo que sostenía.
-Ron -exclamó en un inaudible susurro Hermione-, la piedra de la resurrección.
Incluso antes de que Ginny o Luna tuvieran la oportunidad de preguntarle a Hermione qué acababa de decir, Harry, o una imitación de él, salió de la piedra y aunque parecía ausente, como si no perteneciera, estaba allí, con ellos.
-¡Harry! -gritó Ginny, y Harry le devolvió una sonrisa.
-Harry, ¿por qué te entregaste?
Harry les contó a sus amigos todo lo que había visto en el recuerdo de Snape. Hermione lloraba desconsoladamente, Ginny tenía la mandíbula apretada y Ron respiraba jadeante.
-Al final -les dijo Harry-, decidí morir.
-¿Por qué?- Ginny no lo podía entender-. Si tuviste la opción Harry, ¿por qué nos dejaste?
-Después de todo lo que hicimos por ti -refunfuñó Ron
-Temí que si elegía vivir, el pedazo de alma de Voldemort reviviría conmigo.
Nadie le dijo nada más, esa razón era más que suficiente, porque si el pedazo de alma volvió  a la vida con Harry, ellos perderían la guerra definitivamente.
-Harry, yo maté al Innombrable -Ron parecía estar disculpándose más que otra cosa-, yo usé el Avada kedabra. Él mató a mi madre Harry.
Harry miró a Ron entristecido, pero le posó su fría y blanca mano en el hombro en señal de apoyo.
-Te entiendo -le dijo-, se lo merecía. Ahora déjenme ir, que estar en este mundo es demasiado cruel para mí. Ginny -la chica levantó su rostro hacia él- no te olvides de mí.
Era la primera vez que Ginny lloraba en toda la noche.

Ron caminó de vuelta al castillo y su hermana y amigas lo siguieron.
-Voy a hacer que todo el mundo se dé cuenta de que Dumbledore no era más que un viejo loco.
-Ron no… -había comenzado Hermione pero fue interrumpida.
-Lo mantuvo vivo todos estos años para que después él mismo se entregara, Hermione, ¿no ves lo terrible que fue?, ¿no te das cuenta de cómo lo usó? Mientras él se sentaba en su cómodo despacho, Harry luchó una y otra vez en contra de Voldemort. ¿Para qué, Hermione? Si tenía que morir de todas formas.

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